Benito Jiménez, Víctor Osorio y Saraí Cervantes

Agencia Reforma

Ciudad de México 17 noviembre 2024.- Acapulco se recuperará en una década y no con un plan de reconstrucción sino de renacimiento del puerto, advierten hoteleros, ex funcionarios y académicos.

La condición es no basar la estrategia en apoyo con subsidios efímeros sino inversiones de largo plazo, rehacer servicios municipales como el del agua y drenaje y apoyar a hoteleros.

«El Gobierno federal no nos ha dado absolutamente nada, ni el Gobierno estatal ni el Gobierno municipal, somos unos soldados sobrevivientes, que estamos siempre en las buenas y en las malas con nuestros Gobiernos, pero a nosotros como Iniciativa Privada nadie nos da dado un peso, nadie nos ha ayudado», dijo a Grupo REFORMA José Luis Smithers, líder hotelero en el puerto.

Pedro Azcué, director de la empresa de servicios inmobiliarios JLL en México, indicó que el Gobierno da despensas, enseres y dinero a la gente. «Pero se requiere más. Se necesitan incentivos y la participación de todos», afirmó.

Para Azcué la expectativa de recuperación es de una década dada la lentitud en la reconstrucción.

Estimó que el valor del suelo se redujo en 50 por ciento y la contracción en venta de inmuebles es de 70 por ciento, donde la inseguridad es un factor claro de riesgo.

«No es reconstruir, es revivir Acapulco», advirtió Zeferino Torreblanca, ex Alcalde del puerto y ex Gobernador de Guerrero.

«No se ha recuperado la industria turística del impacto de ‘Otis’. Solo hay que visitar los hoteles para constatarlo. No hay  interés de los inversionistas», agregó.

Hay edificios de condominios y hoteles que no se han recuperado, sin pagos de aseguradoras; negocios cerrados, miles de personas sin empleo, el transporte público es un caos y la violencia una amenaza constante, de acuerdo con empresarios, inversionistas del sector inmobiliario y especialistas.

A más de un año del huracán «Otis» y a casi dos meses de  la tormenta «John», la economía no se repone en vísperas de la temporada alta de turismo.

El sector laboral en Acapulco está afectado. Lo que había de formalidad pasó a la informalidad con ingresos bajos e inestables. Los meseros se han convertido en tianguistas, las camareras venden fritangas y el trabajador turístico se ofrece para chambas urgentes, advirtió el sociólogo y urbanista Carlos Flores Rico.

El investigador del Centro de Estudios Municipales y Metropolitanos (CEMM) de la FES/Acatlán UNAM, quien tuvo una estancia de varios días en el puerto para documentar la situación en Acapulco, pinta un panorama sombrío para la ciudadanía.

«El fondeo gubernamental no funciona porque las casas de los afectados están en las mismas condiciones, los 8 mil pesos para limpieza y los 36 mil pesos que se les dio para enseres domésticos ya se los gastaron, y además padecen de un caos, porque la infraestructura vial de Acapulco sigue colapsada, y además carecen de agua, de drenaje y de turismo», advirtió.

El pasado viernes, la Presidenta Claudia Sheinbaum dijo que proyecta una inversión de 8 mil millones de pesos en los próximos años para el puerto, adicionales a los 10 mil millones de pesos destinados en el transcurso de su Administración, para la rehabilitación de la ciudad.

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