José de Jesús Murillo                            

Agencia Reforma

 

Ciudad de México 16 julio 2024.- Además de los recursos que destina a Petróleos Mexicanos (Pemex), el Gobierno federal también subsidia la operación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

 

Entre enero y marzo de este año, la CFE aportó 9 mil 972 millones de pesos por concepto de impuestos y derechos, mientras que recibió del Gobierno 24 mil 474 millones de pesos para cubrir los subsidios a las tarifas eléctricas.

 

Esto significó una pérdida para la Hacienda pública de 14 mil 504.2 millones de pesos, de acuerdo con datos de la empresa.

 

En el caso de Pemex, en el mismo periodo, su aportación a la Federación fue de 33 mil 101 millones de pesos, pero recibió apoyos por 160 mil 570 millones de pesos, lo que implicó una pérdida por 127 mil 468 millones de pesos, de acuerdo con cálculos de REFORMA con base en cifras de la petrolera.

 

Es 2024 el primer año en el que se ha registrado un diferencial negativo entre las aportaciones de la Pemex y las transferencias que recibe del Estado.

 

Además de recursos para el pago de su deuda, el Gobierno redujo gradualmente la tasa de Derecho de Utilidad Compartida y exentó a la empresa de su pago durante cuatro meses, de octubre del 2023 a enero de este año.

 

Jorge Cano, investigador del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa, dijo que tanto la CFE como Pemex están en un punto en que necesitan del Gobierno para mantener su operación.

 

«Ahora el Gobierno es el que da más para las finanzas de Pemex; la mayor parte de los ingresos del Estado por parte de Pemex vienen del impuesto de derecho de utilidad compartida (DUC) el cual ha venido disminuyendo su tasa, que pasó de 65 por ciento en 2019 a 30 por ciento en 2024, lo que explica por qué los ingresos del Gobierno federal se han venido reduciendo de forma considerable», apuntó.

 

En el caso de la CFE, consideró que requiere de recursos que le permitan cubrir las tarifas que se ofrecen a los usuarios domésticos de bajo consumo y al sector agrícola, las cuales no cubren el costo de la energía que consumen.

 

«Los ingresos que genera CFE en sí son para su operación misma, pero la CFE por mandato está obligada a vender la energía a los hogares por debajo del costo real de producción, y por esa situación es que su balance general en varias ocasiones es negativo, aunado a las deficiencias productivas que tiene, lo que encarece el precio de la energía», apuntó Cano.

 

Consideró que ambas empresas requieren una reestructura financiera. Pemex deberá enfocarse en los negocios más rentables -exploración y producción- y la CFE en acciones que la vuelvan más productiva para dejar de depender de recursos públicos para cubrir las tarifas.

 

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