Héctor Gerardo Pérez Martínez                    

Agencia Reforma

 

Monterrey, NL 23 mayo 2024.- La banca de desarrollo del Gobierno federal cerró los primeros cinco años del actual sexenio con números rojos en varios de sus indicadores clave como cartera vencida; colocación de crédito, básicamente a empresas, e incluso en rentabilidad.

 

Esto a diferencia de lo que sucedió en el mismo lapso comparable de la Administración de Enrique Peña Nieto (EPN).

 

El actual escenario lo venían anticipando analistas desde finales del 2022, quienes advertían un deterioro de los indicadores de calidad de activos de los seis bancos que conforman la banca de desarrollo: Nafin, Bancomext, Banobras, Sociedad Hipotecaria Federal, Banjército y Banco del Bienestar (antes Bansefi).

 

En materia de cobranza, del 2019 al 2023 la cartera vencida con morosidad mayor a 90 días de la banca oficial creció en conjunto 21 por ciento en términos reales, al sumar 30 mil 161 millones de pesos, revelan cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), ajustadas por Grupo REFORMA a pesos del año pasado.

 

Pero el deterioro más notable en ese indicador lo tuvieron Nafin, Banobras y Bancomext, que en conjunto concentran el 73 por ciento de la cartera emproblemada.

 

En cinco años del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la cartera en morosidad de Nafin aumentó 348 por ciento y cerró el 2023 en 4 mil 96 millones de pesos; la de Banobras subió 245 por ciento, a 10 mil 662 millones, y la de Bancomext se elevó 153 por ciento, a 7 mil 369 millones.

 

En contraste, en los primeros cinco años del Gobierno de EPN, del 2013 al 2017, la cartera vencida de la banca de fomento bajó en conjunto 33 por ciento, también medida en pesos del 2023, tras cerrar el 2017 en 25 mil millones.

 

En ese periodo, la cartera emproblemada de Nafin bajó 8 por ciento, la de Bancomext subió 67 por ciento y la de Banobras se disparó 15 veces.

 

El saldo de cartera vencida con la que cerraron el 2017 Bancomext y Banobras fue 65 y 71 por ciento menor, respectivamente, en comparación con la que finalizaron el 2023.

 

En cuanto a la derrama crediticia, en los primeros cinco años del Gobierno de AMLO la cartera total de la banca oficial bajó en conjunto 10 por ciento, a diferencia del crecimiento de 44 por ciento que tuvo en el primer lustro de EPN.

 

«La banca de desarrollo creció mucho menos de lo que veíamos en sexenios anteriores recientes y una de las causas fue por un apetito limitado de crecer sus portafolios de crédito», señaló Alfredo Calvo Bañuelos, director senior de Calificaciones Crediticias para Instituciones Financieras de S&P.

 

«Pero realmente donde vimos el foco de deterioro fue en los créditos que estos bancos dieron directamente (no vía la banca comercial)», añadió Ricardo Grisi Rodríguez, director de la misma área en S&P.

 

«Y ese deterioro se fue reflejando en que (por la mayor cartera en mora) tuvieron que incrementar las provisiones para enfrentar el deterioro en la calidad de los portafolios de crédito y eso lo que hizo fue limitar la posibilidad de que las utilidades en los bancos pudieran ser más fuertes y estar mejor preparados para absorber potenciales pérdidas», detalló Calvo Bañuelos.

 

Derivado de la baja de la cartera total y por el crecimiento de la vencida, del 2019 al 2023 el Índice de Morosidad de la banca de desarrollo en conjunto subió de 1.9 a 2.6 por ciento, aunque en Bancomext pasó de 1.0 a 3.3 por ciento.

 

En contraste, del 2013 al 2017, la métrica en el grupo bajó de 4.19 a 1.94 por ciento.

 

De la rentabilidad y eficiencia en el uso de los activos de la banca de Gobierno, las cifras de la CNBV detallan que en los primeros cinco años de EPN el índice de rentabilidad sobre activos (ROA) promedió 0.4 por ciento y con AMLO la media quedó en ceros.

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