Mayolo López                                     

Agencia Reforma

Ciudad de México 19 abril 2024.- Si hace seis años, como candidato, Andrés Manuel López Obrador advirtió que él no amarraría al tigre si se escapara por la puerta del fraude, anoche como Presidente se preció de haberle cumplido a los banqueros.

 Y en efecto: el primer presidente de izquierda, le cumplió a los hombres de la banca. El tabasqueño mismo exhibió una gráfica con el abultado crecimiento de las utilidades, de casi 274 por ciento en 2023.

 De la amenaza del tigre, al «ahí está el detalle» de Cantinflas. Y con «otros datos», los suyos, los del Gobierno, los que presentó profusamente en power point durante la clausura de la 87 Convención Bancaria.

 En el festín de los datos, el tabasqueño incurrió en la violación de la veda electoral al compartir los resultados del combate a la pobreza durante su Gobierno.

 Acompañaron al Mandatario la Gobernadora anfitriona, Evelyn Salgado; el secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O; la Gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez; y el presidente de la Asociación de Bancos de México, Julio Carranza; y los directivos de organismos empresariales.

 La de anoche fue la última presentación del tabasqueño en una Convención Bancaria.

 «Yo les agradezco mucho: ya no voy a estar en la próxima. Ya me voy a Palenque en cinco meses. Me despido de ustedes por anticipado. Me han tratado muy bien, con respeto, y considero que han sido correspondidos: les he tratado también con respeto y he cumplido los compromisos que hice desde el inicio de mi Gobierno», dijo.

 El grueso de los banqueros prorrumpió en aplausos. El mismo Presidente había celebrado las ganancias de la banca.

 Y casi como si pusiera la cereza al pastel, comunicó, con otra gráfica en power point: «Me faltó nada más mostrarles una sobre algo que me llena de orgullo, que es lo que más me satisface: hemos logrado reducir la pobreza en nuestro país como no sucedía en mucho tiempo. Ese es el dato que a mí más me conmueve.»

 De facto, López Obrador rindió un informe de Gobierno, porque la presentación de sus indicadores no sólo abarcó lo concerniente a la economía y finanzas, sino a datos relacionados con la seguridad pública.

 Y defendió, sin mencionarla, su política de ‘abrazos, no balazos’.

 «Vamos avanzando, y con una política distinta, que consiste en esencia en no pensar que se puede enfrentar el mal con el mal: no es la ley del talión, no es diente por diente, ojo por ojo, porque si fuese eso, nos quedaríamos chimuelos o tuertos todos.

 «El mal -abundó- hay que enfrentarlo haciendo el bien. No se puede enfrentar la violencia con la violencia. Lo que estamos haciendo es atendiendo las causas, a los jóvenes, que no se les atendía».

 La larga intervención del Mandatario abarcó también la relación con los Estados Unidos.

 «Ha crecido como nunca la integración en lo económico: no podemos separarnos. Nos necesitamos mutuamente: nada más hay que tejer fino para que se respeten nuestras soberanías. Que sea el pueblo de México el que elija a sus gobernantes, de manera democrática, porque México es un país extranjero libre, independiente y soberano. Como diría el gran filósofo Cantinflas: ‘ahí está el detalle’, eso es lo que se tiene que cuidar.»

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