Deneb Gasca

Xalapa, Ver. a 28 de marzo 2024. Esta semana salió un comunicado oficial de Gobierno donde se informó que México mantendrá el uso de glifosato en la agricultura, ya que no hay un sustituyente a este y se debe de mantener la seguridad agroalimentaria, pero ¿qué deberíamos saber sobre este herbicida?

Los sistemas agrícolas usan herbicidas como el método preferido para el control de plantas y malas hierbas, pero esto ha traído algunas consecuencias. A pesar de que ha contribuido a que la producción agrícola logre mantenerse al nivel de los incrementos en la demanda de alimentos, también se sabe que esto ha sido a costa de la salud humana y el medio ambiente.

El herbicida de mayor uso en el mundo es el glifosato y tiene la capacidad de matar todo tipo de plantas, por lo que su uso genera un impacto ambiental negativo, ya que es inevitable que este no entre en contacto con el aire, suelo, aguas subterráneas o superficiales y son arrastrados a otras zonas atmosféricas, como ríos, lagunas y mares, afectando también a los seres vivos que habitan en esos ecosistemas. También pueden presentarse en la lluvia y alimentos, afectando la salud tanto de los agricultores y consumidores de los productos agrícolas. Cabe destacar que muchas plantas, hongos y bacterias que son importantes en el ecosistema son igual afectados por el herbicida, e incluso algunas evolucionan para ser más resistentes a esta sustancia química.

En cuestión de salud es preocupante como el glifosato fue clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como grupo IV, dando a entender que su uso en condiciones normales no es peligroso, promoviendo así tanto su fácil acceso como su manipulación desprotegida. Se calcula que los plaguicidas son responsables de 200.000 muertes por intoxicaciones agudas, y el 99% ocurren en países en desarrollo, ya que las normas de salud y medio ambiente son menos estrictas.

Es necesario que el gobierno federal reduzca y eventualmente elimine el uso de herbicidas y otros plaguicidas peligrosos, invirtiendo en su investigación para  identificar alternativas al glifosato y formar modelos de producción ecológica y económicamente viables, logrando así revertir el daño causado por la constante aplicación de herbicidas y otros plaguicidas en los campos.

FUENTE: CONAHCYT

 

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