• En la Facultad de Economía se llevó a cabo el foro “Los grandes desafíos de México de cara al 2030”, con la participación de Silvia Elena Giorguli Saucedo, Tonatiuh Guillén López, Luciana Gandini, Nuty Cárdenas Alamino y Carlos Heredia Zubieta

 

Las poblaciones humanas migrantes, crecientes y fluctuantes, cuya salida de sus países de origen responde a razones políticas, económicas, de violencia, incluso climáticas, viven en condiciones de marginación y vulnerabilidad, a pesar de que el refugio está legalizado en numerosas naciones, coincidieron expertos.

 

“En el mundo existen 281 millones de migrantes, que representan 3.6 por ciento de la población”, informó la integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM, y presidenta de El Colegio de México, Silvia Elena Giorguli Saucedo.

 

Al participar en el foro “Los grandes desafíos de México de cara al 2030”, organizado por la Facultad de Economía de la Universidad Nacional, la socióloga añadió: aunque la interacción con “el otro” se ve como una amenaza a la identidad y hay problemas para la integración de los migrantes en los lugares de destino, lo cierto es que ellos pueden ser parte de la solución a esta movilidad.

 

En la mesa 6, dedicada a Migración y remesas, planteó que también es posible que promuevan el desarrollo humano a través del envío de remesas (que ascendieron a 702 mil millones de dólares en 2022), contribuyan a reducir la desigualdad global y ser factor de innovación y desarrollo de habilidades.

 

Además, compensar las bajas tasas de dependencia en los países receptores, atender las necesidades de cuidado y fortalecer los sistemas de pensiones.

 

“Los principales destinos de migrantes internacionales son Estados Unidos, Alemania, Arabia Saudita, Rusia, Reino Unido, Emiratos Árabes Unidos, Francia y Canadá”. En tanto, los de origen son: India, México, Rusia, China, Siria, Bangladesh, Pakistán, Ucrania, Filipinas, Afganistán y Venezuela, acotó.

 

Para el caso de América Latina y el Caribe, Estados Unidos y Canadá son los “imanes de flujos continentales”, mientras que Panamá, Chile y Costa Rica tienen alta proporción de población nacida en el extranjero. Argentina, Chile, Colombia y Perú se han constituido en las naciones receptoras de flujos intrarregionales, abundó la experta.

 

Giorguli Saucedo consideró que el continente americano se mantendrá como una región de alta movilidad, a pesar de la convergencia demográfica. El cambio climático y la persistente violencia en varios países de la zona anticipan esta situación en el corto y mediano plazo.

 

En su oportunidad, el académico del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM, Tonatiuh Guillén López, expresó que la política es un actor central y dominante en el fenómeno migratorio. Es la fuente de las crisis, especialmente en Estados Unidos, donde se vive con xenofobia, racismo y se usa en el ámbito electoral.

 

De acuerdo con la universitaria del Instituto de Investigaciones Jurídicas de esta casa de estudios, Luciana Gandini, existe alta movilidad en América Latina y el Caribe, pues el número de personas migrantes y solicitantes de asilo en la región aumentó casi 100 por ciento a partir de 2010 al pasar de 8.3 millones a 16.3 millones en 2022.

 

“Además, el desplazamiento forzado se ha triplicado en la última década a nivel mundial: 1 de cada 73 personas en el mundo han tenido que abandonar su hogar”, señaló.

 

Nuty Cárdenas Alamino, académica del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), comentó que los factores impulsores de México como país receptor son una política estadounidense más restrictiva, la transición demográfica con envejecimiento de la población y optimismo económico (en 2023 había cerca de 1.6 millones de vacantes en empresas de todo tamaño, según el Instituto Mexicano para la Competitividad).

 

Entre las causas que motivan a salir de México, la experta mencionó la crisis económica, represión política, violencia y expectativa de trato preferencial en la Unión Americana.

 

La especialista se pronunció por definir y plantear una política migratoria con objetivos claros y anticipada, no reactiva, con leyes y prácticas de recepción e integración de personas migrantes y refugiados.

 

A su vez, el también académico del CIDE, Carlos Heredia Zubieta, destacó la política contradictoria de Estados Unidos, que tiene acciones restrictivas hacia los migrantes, pero los sigue contratando como mano de obra barata.

 

Los mexicanos están en todos los estados de la Unión Americana, trabajando especialmente en las casas como personal de servicio, cocineros, cuidadoras, choferes y jardineros, seguido de la industria textil y la agricultura. La migración no autorizada constituye un enorme subsidio a la economía estadounidense, enfatizó.

 

El economista recordó que para Estados Unidos la frontera con México sigue siendo un asunto de seguridad nacional, y si Donald Trump gana en las elecciones de este año ha prometido realizar la más grande deportación de migrantes indocumentados en la historia de esa nación.

 

FUENTE: UNAM

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