Claudia Guerrero                                 

Agencia Reforma

Ciudad de México, 9 enero 2025.- La Presidenta Sheinbaum cumple sus primeros 100 días de gestión frente al desafío de la llegada de Trump a EU, alta violencia, reformas, continuidad o su propio sello, y mantener el control de Morena.

 El desafío de Trump

 El arranque de la Administración de Claudia Sheinbaum se ha visto marcado por la desafiante relación bilateral con Estados Unidos y las amenazas del futuro Presidente Donald Trump en materia de comercio, migración y combate al narcotráfico.

 Sin que el republicano haya asumido el poder, Sheinbaum ha debido responder al amago de aranceles del 25 por ciento a los productos mexicanos ante acusaciones de no poner freno al tráfico de migrantes y drogas a territorio estadounidense.

 Aunque envió una carta al magnate, con quien ha sostenido dos conversaciones telefónicas, Trump ha mantenido sus críticas e incluso se ha dicho dispuesto a combatir directamente a los cárteles, asegurando que esas organizaciones criminales son las que hoy dirigen el País.

 En espera de que Trump llegue oficialmente a la Presidencia, el próximo 20 de enero, la Mandataria mexicana alista una estrategia para defender a los connacionales en EU y ya implementa acciones en México para responder a posibles deportaciones masivas, como la retención de viajeros por parte de fuerzas federales y la disolución de caravanas migrantes que ingresan por la frontera sur.

Alta violencia

 En estos 100 días, Sheinbaum también ha enfrentado el reto de la inseguridad y la violencia, agudizada en estados como Guanajuato, Guerrero, Chiapas, Michoacán y Tabasco. El principal foco de conflicto está en la cruenta guerra que disputan dos facciones del Cártel de Sinaloa, pese al despliegue de más de 10 mil elementos militares y la supervisión personal del Secretario de Seguridad federal Omar García Harfuch.

 Para combatir a la delincuencia, Sheinbaum lanzó una estrategia que pareció dejar atrás la política de «abrazos, no balazos» del anterior sexenio y que ha incluido el uso de inteligencia, la captura de líderes criminales y el decomiso de drogas, como ocurrió en Sinaloa con la incautación de 1.5 toneladas de pastillas de fentanilo.

 También puso en marcha estrategias focalizadas, como el «Operativo Enjambre», que ha derivado en la detención de 42 funcionarios municipales por diversos delitos, incluidos vínculos con organizaciones criminales, como el cártel de la Familia Michoacana en el Estado de México.

 Sin embargo, en los meses recientes se han registrado masacres en el Edomex, Guerrero, Querétaro y Tabasco, la decapitación del Alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, y un ataque armado contra la diputada de la Ciudad de México, Diana Sánchez Barrios, en pleno Centro Histórico, a solo unas cuadras de Palacio Nacional.

 De acuerdo con los registros oficiales, en este primer tramo de la Administración se contabilizan más de 7 mil homicidios dolosos.

 Además del incremento de las extorsiones en por lo menos 12 estados del País y la escalada de violencia con minas y drones, los operativos federales no han logrado erradicar el huachicol, que es vendido a la vista de las autoridades en algunas de las carreteras más importantes del País.

 Las reformas

 En materia de política y gobernabilidad, la Presidenta respaldó la consumación de 16 reformas constitucionales que, entre otras cosas, redujeron al mínimo los contrapesos a los poderes Ejecutivo y Legislativo, dominados por Morena y sus aliados.

 Sheinbaum defendió e impulsó los cambios a la Carta Magna que heredó de su antecesor Andrés Manuel López Obrador e hizo suyos desde la campaña por la Presidencia.

 El listado incluyó una cuestionada reforma al Poder Judicial para someter a los juzgadores a las urnas, la extinción de siete órganos autónomos y reguladores, la ampliación del catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa y la adscripción de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa).

 La Mandataria también dio su visto bueno a la reforma que permitió «blindar» los cambios constitucionales para hacerlos inimpugnables y envió una iniciativa para otorgar nuevas facultades de investigación a la Secretaría de Seguridad Pública.

 La 4T aún tiene en la mira más cambios constitucionales para prohibir la siembra de transgénicos, establecer topes a salarios en el Gobierno, eliminar la reelección, prohibir el nepotismo y, sobre todo, concretar una reforma electoral, recortar el gasto a partidos políticos y eliminar la existencia de diputados y senadores plurinominales.

Continuidad o deslinde

 Desde que asumió el poder, la Jefa del Ejecutivo ha concentrado esfuerzos en imprimir su propio sello y dar cumplimiento a los 100 compromisos que anunció en el Zócalo.

 Para ello, reorganizó parte de la Administración Pública Federal con la creación de las nuevas secretarías de Ciencias y de las Mujeres, además de transformar a la Función Pública en Anticorrupción y Buen Gobierno, y absorber las funciones de órganos autónomos extintos, como el INAI, el IFT y la Cofece.

 Sin embargo, también ha dado continuidad las obras y programas prioritarios de López Obrador y lo ha hecho acompañada de un Gabinete en el que cerca del 50 por ciento de los funcionarios de primer nivel viene del sexenio anterior.

 En las formas, la Presidenta ha seguido los pasos del tabasqueño: hasta ayer encabezó 60 conferencias mañaneras y casi el mismo número de reuniones del gabinete de seguridad.

 Los fines de semana, también los ha dedicado a realizar giras de trabajo en las que ya visitó los 32 estados del País.

 Actualmente, vive en Palacio Nacional y hasta plantó un árbol en sus jardines, tal y como lo hizo López Obrador.

 En políticas públicas, con asignaciones presupuestales que superan los 700 mil millones de pesos, Sheinbaum mantiene los programas sociales del Gobierno anterior y ha lanzado nuevos planes para entregar pensiones a mujeres de entre 60 y 64 años, atención médica a domicilio y más becas en educación básica.

 En casos como el Tren Maya, la Presidenta no sólo ha defendido la obra -a pesar del incumplimiento de las metas en traslado de pasajeros-, sino que ya anunció la inversión de más de 48 mil millones de pesos para que pueda operar como ferrocarril de carga.

 Sin embargo, a pesar de la continuidad, este mes sometió a revisión los planes de Mexicana de Aviación, que suspendió ocho de sus 18 rutas a solo unos días de cumplir un año de retomar el vuelo.

 Lo mismo ocurre con el plan de AMLO para descentralizar las dependencias federales, que será sometido a un análisis, debido a que requiere de «una importante inversión de recursos».

 La Presidenta ha tomado distancia de López Obrador en las estrategias de seguridad y combate a la corrupción, en su presencia en foros internacionales, como el G20; la compra consolidada de medicamentos que permite la participación de empresas vetadas el sexenio anterior y la formalización de un consejo empresarial que ofrece asesorías y promueve las inversiones en el marco del nearshoring.

 Otro tema relevante que ha marcado una diferencia es la prioridad que el Gobierno federal ha puesto en las energías limpias, con el anuncio de la reconversión de combustóleo a gas de la planta de la CFE en Tula y la creación de la primera armadora mexicana para la producción de autos eléctricos.

 Además, la Administración federal fijó nuevas reglas para la participación de la iniciativa privada en el sector eléctrico y anunció la figura de «productores mixtos» para la generación de energía como socios minoritarios, hasta con un 46 por ciento de las inversiones.

 Control en Morena

 En sus primeros 100 días de gestión, la Presidenta desdeñó la posibilidad de sostener un diálogo directo con la Oposición y delegó esa tarea a la Secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, e incluso ha descalificado abiertamente al nuevo dirigente nacional del PAN, Jorge Romero, llamándolo «jefe del cártel inmobiliario».

 Con una Oposición mermada, el principal desafío que parece enfrentar en materia política electoral es garantizar la cohesión al interior de Morena y la lealtad de sus aliados del PT y PVEM -tanto para los comicios como para la agenda legislativa.

 En el primer caso, apenas en diciembre, fue necesaria la intervención de la Mandataria para poner fin a la confrontación entre los coordinadores de Morena en el Congreso, Adán Augusto López y Ricardo Monreal.

 Los legisladores protagonizaron una disputa pública en el marco de la aprobación del presupuesto 2025, que incluyó amagos del senador tabasqueño para investigar presuntos malos manejos en la Cámara alta durante la gestión del ahora diputado Monreal.

 Sheinbaum también intervino tras el escándalo que desató la difusión de imágenes de Monreal y el polémico diputado y líder de la CATEM, Pedro Haces, abordando un helicóptero.

«Debemos ser un ejemplo para la sociedad», sentenció.

 Desde Palacio Nacional, ha tenido que lidiar con el cuestionado comportamiento de algunos Gobernadores.

 Está el caso de la guerrerense Evelyn Salgado y los rumores de una boda con su jefe de Gabinete; la contratación en Campeche de uno de los procesados por los presuntos sobornos pagados para consumar la reforma energética de Enrique Peña Nieto, y hasta los señalamientos de que el sinaloense Rubén Rocha habría estado involucrado en la trampa para secuestrar a Ismael «El Mayo» Zambada.

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