Edgar Contreras                                  

Agencia Reforma

Ciudad de México 9 noviembre 2024.- De locos, así se describe la noche en la que Cruz Azul impuso récord de puntos (42) en los torneos cortos de 17 jornadas, luego del 1-1 contra Tigres.

Al 90’+8′, después de dos gritos homofóbicos debido a la frustración de la afición cementera, Ángel Sepúlveda marcó uno de los más emotivos goles de su carrera, un cabezazo que convirtió al estadio en un pandemonio.

Nacho Rivero, quien mandó ese centro venenoso que picó en las narices de Nahuel Guzmán y Diego Reyes, celebró eufórico con la afición más cercana al tiro de esquina.

El técnico Martín Anselmi corrió con tanto fervor como si él, y no el seleccionado nacional Sepúlveda, hubiera clavado el gol del empate.

Cruz Azul superó su récord de puntos del Guard1anes 2021 y del León del Clausura 2019, en torneos de 17 jornadas.

De paso, mantuvo el invicto en casa.

En dos minutos, la Máquina había transitado de la gloria al infierno. De la caricia por el posible récord en solitario en torneos cortos a la bofetada por el gol de Nicolás Ibáñez.

La afición estaba exultante cuando al 80′ el árbitro Adonai Escobedo marcó penal por una mano de Diego Reyes. El VAR sugirió la revisión porque el balón primero pegó en el muslo del central, quien ni siquiera tuvo intención de jalar la pelota con la mano en su recorrido. El silbante se retractó.

Tanta era la frustración de los seguidores cementeros que lanzaron el grito homofóbico en el despeje de Nahuel Guzmán. Esa acción acabó en el jalón de Gonzalo Piovi sobre el ex cruzazulino Uriel Antuna, quien fue vituperado al entrar de cambio.

Penal claro para Tigres, que al 87′ habría de acertar Nico Ibáñez al engañar a Kevin Mier.

Porque Tigres sólo inquietó en un tiro desviadísimo de Sebastián Córdova, en el penal y en un contragolpe desperdiciado por Antuna y aun así tenía de cabeza a los locales.

Cruz Azul lamentaba los dos disparos desviados del seleccionado Ángel Sepúlveda o el cabezazo sin colocación de Giorgios Giakoumakis o la pelota que voló Rodolfo Rotondi, pero no estaba dispuesto a que el término cruzazuleada fuera tendencia en redes sociales, por eso Rivero y Sepúlveda se asociaron para una de las noches más memorables con La Máquina.

@ContrerasCANCHA

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