Raúl Alejandro Luna Marin                        

Agencia Reforma

 

Guadalajara, Jalisco 26 septiembre 2024.- En pleno apogeo del Dream Team USA de 1992, donde todo giraba en torno a Michael Jordan, Magic Johnson, Larry Bird, entre otras estrellas NBA, existió un grito de libertad que le robó la atención a la quinteta estadounidense.

 

Tras la independencia de Lituania de la Unión Soviética, en 1991, el país buscaba darle un grito de libertad y patriotismo a sus apenas 3 millones de ciudadanos. ¿La forma? El basquetbol, deporte de gran pasión de aquel lugar.

 

Bajo la representación del bloque soviético, la Selección de Lituania llegó a ganar torneos europeos e incluso una medalla de oro olímpica, aunque los lituanos no podían ver su bandera en lo más alto del podio, por lo que Barcelona 1992 era la oportunidad perfecta para mostrarse ante el mundo.

 

¿El mayor problema? La crisis económica.

 

Por ello, Sarunas Marciulionis, estrella del país europeo y recién fichaje de Golden State Warriors en aquel entonces, encaminó la misión de recaudar fondos para las Olimpiadas de 1992. Él junto a Donnie Nelson, entrenador asistente de los Warriors, lograron contactar a Dennis McNally, publicista de la banda de rock The Grateful Dead.

 

Inesperadamente, dos de los miembros fundadores de la banda, Gerry Garcia y Bob Weir, decidieron apoyar a Lituania donando, además de dinero, unos pintorescos uniformes poco usuales para aquella época.

 

Con el apoyo de The Grateful Dead, la selección europea comenzó a robarse las miradas del mundo y sobresaliendo por encima del Dream Team USA, mismo al que enfrentaron en Semifinales, aunque el triunfo fue para los estadounidenses por un contundente 127-76.

Aunque estaban fuera de la pelea por el metal dorado, la Selección de Lituania, que tenía nombres como Marciulionis, Rimas Kurtiaitis, Arvydas Sabonis y Valdemaras Chomicius, se verían las caras por la medalla de bronce ante su ex invasor: Rusia.

 

Reñido e intenso partido vivieron de principio a fin, donde los lituanos salieron con la victoria por 82-78, es decir, solamente 4 puntos de diferencia. Subiendo al podio con su distinguido uniforme de colores y una calavera realizando una clavada; asimismo, con su bandera en lo alto.

 

Fue así como el grito de libertad, gracias al rock n roll y el basquetbol, logró darse en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.

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