Por Héctor Guerrero

Ya estamos en la recta final de este proceso electoral, el más grande en la historia de México, el más violento, pues más de 20 candidatos han sido asesinados, además de que otros tantos han recibido amenazas de muerte o secuestro, el proceso en el que un presidente ha metido algo más que las manos a favor de su candidato.

 

Con todo y eso, tanto López como su candidata llevan tiempo hablando de la posibilidad de un fraude electoral, incluso la propia Calca, lo ha incluido en sus discursos recientes.

 

Pero en este país ¿quién puede realizar fraudes electorales?, pues la pregunta hasta ofende pues los fraudes electorales los ha orquestado siempre, en el mundo y a través de la historia, los gobiernos en turno y si no es así pues que le pregunten a Manuel Bartlett, el rey del fraude electoral en México, hoy destacado morenista.

 

De todos es conocido la intervención un día y el otro también de López en las elecciones y para muestra tenemos a los últimos tres presidentes de México, pues de acuerdo con cifras del Instituto Nacional Electoral (INE) de 2018 al 8 de abril de 2024, el órgano electoral recibió 187 quejas contra López Obrador; mientras, en contra del priista Enrique Peña Nieto se registraron 24 denuncias, y en contra de Felipe Calderón, 3.

 

Y el pejelagarto se activa con cada elección y los datos no mienten pues, en 2023 se tienen registradas 43 denuncias, cuando arrancó el proceso electoral en septiembre y en estos 4 primeros meses de este año, AMLO acumula 32.

 

Con todo y que el INE está doblando las manos ante el régimen, ha dictaminado declarado procedentes medidas cautelares a 24 mañaneras, para cortar tramos donde habla de las elecciones o incluso eliminarlas temporalmente. Sin embargo, el daño ya está hecho o como decían los abuelos “palo dado ni Dios lo quita”.

 

Y por si esto fuera poco el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ha dictado 52 sentencias de la Sala Superior decretan que el presidente de la República vulneró los principios de imparcialidad, neutralidad y equidad de la contienda electoral.

 

Sin embargo, todo queda en eso, en medidas cautelares y no en sanciones, mientras eso sucede el INE y la ley le hacen a López lo que el viento a Juárez.

 

Así que el mismo presidente viola y transgrede la misma ley que él prácticamente creó en el 2007 y 2008 para prohibir que los presidentes de la República y cualquier funcionario hiciera referencia a los partidos, las elecciones y a todo el proceso electoral.

 

Esto si n duda nos deja claro que la elección del 2 de junio será la elección de estado más descarada que ha tenido México en la era moderna.

 

“¡Ojo, mucho ojo! Cuidado con el doble discurso, la doble moral, porque son muy cínicos, como dicen una cosa, dicen la otra. Lo que me llama la atención (es que) dicen nooo, que se preocupan… que es de corazón, ¿es sincero que van a seguir apoyando al pueblo? Lo que diga mi dedito, no. Ellos no le tienen amor al pueblo, le tiene amor al dinero, ese es su dios”.

 

Eso dijo apenas el 21 de mayo, pero si nos vamos más atrás recordemos que el propio presidente reconoció abiertamente que efectivamente, mete las manos en las elecciones, como aquella declaración previa a las pasadas elecciones del 6 de junio.

 

– “¿Usted está metiendo la mano en las elecciones?”, cuestionó una periodista.

 

– “Claro que sí, claro que sí, si aquí lo di a conocer, si es de dominio público, lo estoy diciendo, no podemos ser cómplices del fraude, graznó el ganso.

 

¿Entonces hoy por que tendría que ser diferente?

 

A pesar de presumir que llevan 30 puntos de ventaja y que la elección es sólo un trámite, su discurso de los últimos días se ha vuelto incisivo al referirse sobre la posibilidad de fraude.

 

Al grado que al cuestionar a AMLO y a su marioneta que si reconocerían los resultados si les fueran adversos, ninguno ha dicho categóricamente que sí, a diferencia de lo que ha declarado la candidata opositora Xóchitl Gálvez, quien dijo que aceptaría sin duda los resultados no le favorecieran.

 

Así pues, durante estos meses hemos visto de todo en los dos extremos, promesas incumplibles, mentiras, pifias, esquiroles, resbalones, etc., lo cierto es que la elección está cada vez más cerca.

 

Sabemos de antemano que el máximo ganador es el elefante en la sala, el abstencionismo para el cual también trabaja el partido en el poder, pues cerca de 30 millones de personas no saldrán a votar en las próximas elecciones y eso favorece a quienes hoy siembran el miedo y la discordia.

 

El voto sirve para construir un mejor futuro, para fortalecer la democracia, para evitar que gobierne una minoría radical y rapaz como la que existe hoy en el poder y piensa perpetuarse.

 

Estamos al borde de enfrentar la peor crisis en la historia del México independiente, hoy las instituciones están debilitadas y destruidas por el régimen y no votar es permitir que siga sucediendo, es ser cómplice.

 

Dependiendo a quien le entreguemos el voto, ahí va el país que queremos, los próximos seis años, hay que analizar y actuar en consecuencia.

 

De nosotros depende si hay elección de estado, o elección ciudadana.

 

Tiempo al tiempo.

@hecguerrero

Instagram
WhatsApp