Los Tocables
Por Héctor Guerrero
En la guerra y en el amor todo se vale, al menos eso es lo que se dice y estos comicios electorales, dejando atrás la violencia de la que dimos cuenta en nuestra entrega pasada, la guerra mediática no da tregua y si no basta con ver el refritazo que se aventó el oficialismo y sus troles al revivir un video de Juan Pablo Sánchez Gálvez, hijo de la candidata opositora Xóchitl Gálvez, donde se le muestra en estado inconveniente a las afueras de un bar, en Polanco, donde agrede verbalmente a los empleados.
Es un hecho que sin duda no se celebra, pero vamos, quien guste de tomarse una o dos copas y en la flor de la juventud, quien no haya hecho un desfiguro, por favor que lance una piedra.
Es verdaderamente patético como todos se dan golpes de pecho acusando al joven, incluso ensañarse con él, es cierto que usa expresiones racistas, clasistas, prepotentes, es más, cae perfecto en la descripción de los fifís que tanto detesta el presidente de la República, en la caricatura que presenta de quienes considera sus rivales de clase.
No vamos a ahondar en esto, porque el video es del año pasado y la divulgación no tiene otro propósito más que el electoral, el tratar de intimidar justo en la víspera del primer debate presidencial.
Para terminar con el asunto, Sánchez Gálvez subió un video a redes sociales ofreciendo disculpas por ese exabrupto.
“Está circulando un video donde lamentablemente estoy en una muy mala condición. Antes que nada quiero pedir una gran disculpa a toda la gente que haya ofendido. En su momento me disculpé con el personal de seguridad del antro y todo el personal del antro y ellos lo saben”.
“Estoy aquí para darles la cara, reconocer mis errores y asumir mi responsabilidad, por lo que he decidido hacerme a un lado de mi cargo como líder de las redes sociales de jóvenes”, concluyó.
Aquí lo rescatable es que el muchacho tuvo los tamaños para reconocer su error y hacerse a un lado de la campaña de su madre.
La candidata ofreció también una disculpa por el comportamiento de su hijo.
Pero ¿Cuál es la otra cara de la moneda?
Por el otro lado de la moneda tenemos a los hijos del presidente que sus acciones van más allá de una borrachera, una malacopa, esos cuatro viven del erario y, bueno, sabemos la vida de reyes que se dan.
Para empezar, cuando cacharon a José Ramón López Beltrán habitando una mansión en Houston, propiedad de uno de los principales contratistas de Pemex, lo que hizo fue negarlo todo y esconderse bajo las faldas de su esposa y de su papá, nunca ha dado la cara para explicar el asunto.
¿Y qué esperábamos cuando Andrés López Beltrán es señalado por la corrupción en los contratos del tren Maya y que han vuelto ricos a sus amigos de la noche a la mañana?
Pues también que mínimo diera la cara para negar las acusaciones, pero hay un dicho sabio que dice “el que calla, otorga”.
Todos sabemos, excepto el que no quiera ver, que los hijos de López llevan por lo menos dos décadas dándose la gran vida con el billete de a 200 que guarda su papi en el pantalón, pues hasta el día de hoy, no se les conoce oficio y menos beneficio.
Y del menor ni hablamos, pues solo sabemos de las fiestas y la gran vida que se da en Londres, también a costa del erario, los videos ahí están.
Aquí la pregunta que se plantea es ¿Qué le indigna más a la sociedad? Un Junior clasista, gritando sandeces afuera de un bar, tirando golpes al estilo Karate Kid, la caricatura perfecta de todo lo que le recuerda al electorado del porque el 2018 se volcaron a las urnas a favor de López.
O ver a los hijos del presidente sirviéndose con la cuchara grande, robando al erario, recibiendo contratos multimillonarios a través de prestanombres, poniendo en riesgo la vida de mexicanos y extranjeros por sobornos.
Apenas el presidente defendía a sus vástagos en la mañanera del tráfico de influencias del Tren Maya, cuando salió con lo que sabe hacer hacerse la víctima.
«No puedo mencionarla, pero una señora que presenta denuncias, dijo que mis hijos están metidos en negocios vendiendo balasto (para el Tren Maya). ¡Falso!, ¿dónde están las pruebas? Ninguna, nada», afirmó.
Señor López, si hay pruebas.
Y ya encarrerada la lengua, dándose baños de pureza, invitó a los jóvenes de México para que no se integren al movimiento conservador, pues «les va a convertir en malos ciudadanos».
«Por eso yo le digo a los jóvenes, procuren no adherirse al movimiento conservador porque eso les va a convertir en malos ciudadanos».
Incluso cuando fue la primera denuncia, lo de la casa gris, hasta hizo el drama más grande derramando unas lagrimitas, que harían enfurecer de envidia a la gran Libertad Lamarque.
Entonces si por ahí piensan o creen que se va a definir el voto, están mal, muy mal.
Y aquí seguimos esperando un video de los hijos de López aclarando todas las acusaciones de corrupción.
Tiempo al tiempo.
@hecguerrero