El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informa a la población en general sobre la osteoporosis, enfermedad que se caracteriza por una disminución de la densidad del hueso, lo que ocasiona que se vuelva poroso, frágil y con mayor riesgo de romperse.

 

La reumatóloga, Rosa Rebeca Vargas Ramón comentó al respecto: “para hablar de causas, tenemos que mencionar los factores que predisponen que el metabolismo del hueso se vea afectado y cambie su densidad, el cual puede ser por consumo de sustancias o medicamentos, enfermedades, cambios hormonales e incluso por factores genéticos”.

 

La osteoporosis se diagnóstica, a través de una prueba conocida como densitometría ósea, la cual ayuda a conocer cuál es el nivel de dureza de los huesos y, así descartar algún caso de osteoporosis; la medición de la vertebra y la cadera se toma como la medición estándar debido a la diversidad de tamaños de hueso que presenta el cuerpo.

 

La especialista comentó: “aun cuando, gracias al tratamiento podemos obtener una nueva calificación positiva en la densitometría, es importante que el paciente sepa que eso no significa que ha sido curado de la enfermedad, la osteoporosis no se cura, solo se puede controlar y por ello es importante mantenerla en vigilancia durante toda la vida”.

 

El no atender un problema de osteoporosis y descalcificación puede complicar procedimientos quirúrgicos en hueso, imposibilitando que las prótesis puedan sujetarse a este debido a la alta porosidad que los huesos presentan.

 

La especialista puntualizó la importancia de realizarse anualmente después de los 45 años una densitometría ósea para conocer el estado de los huesos, ya que pueden presentarse fracturas sin necesidad de haber sufrido algún accidente que pudiera romperlos, de esta manera, se podrá otorgar un tratamiento oportuno y adecuado al diagnóstico.

Instagram
WhatsApp