• El objetivo es que la comunidad se sienta representada, dijo Héctor Benítez Pérez

Los jóvenes tienen múltiples oportunidades para aplicar la inteligencia artificial (IA) en su vida, como aprovechar las herramientas existentes, pero entrenarlas con contenidos propios, por ejemplo el ChatGPT con lengua otomí o nahua; y en soluciones acordes con nuestras propias comunidades y experiencia, consideró el titular de la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación, Héctor Benítez Pérez.

El también científico del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Avanzadas y en Sistemas (IIMAS) agregó: si no entrenamos estos sistemas con nuestros lenguajes, entonces nadie lo va a hacer; son tan ricos como cualquier otro.

En la vida digital hay opciones y no necesariamente es solo el estudio formal de las matemáticas, sino atreverse a utilizar estas herramientas digitales. Los jóvenes pueden aportar creatividad y entusiasmo, al igual que lo realizan otros en el mundo, para hacer usos de estas y proponer modelos locales en los que la comunidad se sienta representada, detalló.

Luego de ofrecer la charla “Control e Inteligencia Artificial”, como parte del coloquio IIMAS 2024, impartida en el auditorio de esta entidad académica, Benítez Pérez mencionó que en la Universidad se ha trabajado con sistemas de IA para equipos autónomos y dinámicos, como juegos de azar, y uno de los primeros grandes retos a solucionar es incrementar la masa crítica con recursos humanos especializados.

La comunidad dedicada a los estudios de inteligencia artificial, como varias de educación superior y de investigación, somos pequeñas, lo que realmente necesitamos es educar mejor a nuestra población para que se inscriba en un circuito de generación de conocimiento, y eso es lo que necesitamos como sociedad, apuntó.

Por ello, invitó a los jóvenes a acercarse a carreras como Ingeniería, Matemáticas, Química, con el objetivo de que la sociedad vea en la generación de conocimiento su vida en esta suerte de participar de manera proactiva.

Ante investigadores y estudiantes del IIMAS, Benítez Pérez recordó que algunas de las áreas en las que se dividen los estudios de inteligencia artificial son: aprendizaje de máquinas mediante la experiencia; redes neuronales o cuando se enseña a las computadoras a procesar datos, inspirado en el trabajo del cerebro; y los procesos de aprendizaje profundo con redes neuronales complejas.

Esto hace que los sistemas sean capaces de aprender o inferir soluciones a casos a partir de la información contextual; les da la capacidad de emular la forma racional del comportamiento humano, imitarlo, así como tomar decisiones autónomas para la solución de problemas.

El investigador enfatizó que aun cuando el nombre del sistema sea inteligencia artificial esto no implica que se tomen las decisiones correctas, lo cual se puede observar al usar sistemas como ChatGPT, que tiene limitantes para dar respuestas que, aunque sean coherentes para varios, al buscar su uso en temas específicos es incapaz de responder.

Lo mismo sucede inclusive con Google, por ejemplo, que pese a ser el mejor instrumento de su tipo en la actualidad, tiene también limitantes al momento de ofrecer alguna respuesta; o los sistemas de reconocimiento facial que son buenos para localizar rostros anglosajones, pero no con otro tipo de características étnicas, precisó Benítez Pérez.

En la industria también hay importantes retos en los que México puede tener oportunidad: se necesita entrenar mejor a los sistemas de ensamblaje para ajustar y hacer cambios en tiempo real, pero para lograrlo se requieren más recursos humanos con mayor preparación, finalizó. 

FUENTE: UNAM

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