• Inició el Coloquio Historia, Filosofía y Evolución 2024, con la participación de Rosaura Ruiz Gutiérrez, Víctor Manuel Velázquez Aguilar, Mary Frances Teresa Rodríguez Van Gort, Ana Rosa Barahona Echeverría y Ambrosio Velasco Gómez

 

El evolucionismo proporciona una sólida base empírica al estudio y a la comprensión del ser humano, además de ser espacio peculiarmente fértil para la transformación de la cultura, los valores y las instituciones. Como pocas perspectivas teóricas, promueve el diálogo entre disciplinas en el contexto histórico de su hiperespecialización, afirmó Rosaura Ruiz Gutiérrez.

 

La coordinadora del Seminario Universitario de Evolución (SUE) de la UNAM señaló que la trayectoria intelectual del evolucionismo a través de los siglos XIX, XX y XXI, en los campos de la historia, las ciencias sociales y la filosofía, ha sufrido toda clase de transformaciones y es de enorme complejidad. “El estudio histórico de este cuerpo de ideas científicas aparece como un elemento de importancia innegable para la comprensión de nuestro propio tiempo”.

 

La también secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación detalló que, además, trajo consigo una transformación cualitativa del sujeto histórico al interior del proyecto antropológico de la modernidad, cuyas implicaciones no hemos terminado de presenciar.

 

En la inauguración del Coloquio Historia, Filosofía y Evolución 2024, organizado por el SUE en conjunto con los seminarios universitarios de Historia, Filosofía y Estudios de las Ciencias y la Medicina (SUHFECIM), y de Problemas Científicos y Filosóficos (SPCF), la universitaria recordó que la publicación de El origen de las especies, de Charles Darwin, en 1859, no inició el evolucionismo.

 

El radicalismo del naturalista inglés respecto a la explicación natural de la evolución no era compartido por Alfred Russel Wallace, quien mantuvo un papel para un dios en la creación de las personas.

La profesora y exdirectora de la Facultad de Ciencias (FC) precisó que eso hace una “diferencia radical” porque a partir de la postura de Darwin hay una separación, para siempre, entre ciencia y religión. En el evolucionismo ese momento es central: todas las explicaciones que se relacionan con la transformación de los seres vivos en nuestro planeta tienen que ver con fenómenos naturales, explicados con principios naturales.

 

Ese pensamiento revolucionó el campo de las ciencias naturales e influyó de manera notable a las humanidades y a las ciencias sociales, especialmente a los campos de la filosofía y de la historia; “sus planteamientos abrieron nuevos derroteros para temas y preocupaciones fundamentales de orden histórico, antropológico, político y filosófico que hoy continúan generando debates, cuyo impacto sobre la sociedad no puede ignorarse”.

 

La científica mencionó la importancia de la interacción entre la FC y la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), así como la realización del Coloquio que muestra el trabajo que se lleva a cabo desde hace años y que ahora, por primera vez, se efectúa de manera conjunta entre los tres seminarios.

 

Víctor Manuel Velázquez Aguilar, director de la FC, calificó al Coloquio como histórico. Hace 200, 300 o 400 años ya había encuentros similares, con preguntas iguales, porque se hacen para resolver dudas, por ejemplo, qué nos distingue respecto a otros seres vivos.

 

Hoy tenemos más información y hablamos de la teoría de la evolución, o de cierto comportamiento asociado a un gen; ahora hay nuevas interrogantes. Los seminarios universitarios mencionados estudian los enigmas más profundos que tenemos y “unir esas tres áreas del conocimiento es lo más emocionante que podemos atestiguar”.

 

La sociedad ha pasado por varias carreras: en la era moderna, por la de la bomba atómica, la del espacio, o por una vacuna y, ahora, por la supervivencia, para no destruir al planeta; es momento de preguntarse qué va a hacer la ciencia y cómo se van a comunicar las disciplinas para que no se trate de esfuerzos individuales. Hay que abordar estos temas teniendo como respaldo a la historia y la filosofía, enfatizó el director.

 

A su vez, la titular de la FFyL, Mary Frances Teresa Rodríguez Van Gort, aseguró que promover el diálogo entre diversas disciplinas del conocimiento enriquece la comprensión de fenómenos complejos. Al reunir a la historia, filosofía, ciencia y humanidades se fomenta una visión integral y crítica de los problemas que enfrentamos.

 

Este encuentro contribuye a la construcción del conocimiento más global y conectado con los desafíos contemporáneos. En un mundo cada vez más interrelacionado, este tipo de iniciativas son esenciales para la formación de los estudiantes, opinó.

 

La reflexión sobre la bioética en contextos modernos o debatir las implicaciones filosóficas e históricas de la evolución, son discusiones esenciales en una época donde la ciencia y el pensamiento crítico enfrentan desafíos sin precedentes, y en los que la colaboración académica se constituye en una herramienta vital para avanzar, dijo.

 

En tanto, la coordinadora del SUHFECIM, Ana Rosa Barahona Echeverría, reconoció la iniciativa de Rosaura Ruiz para realizar el Coloquio, que se enmarca en una serie de discusiones que integran tres campos distintos del conocimiento, pero interrelacionados.

Para el coordinador del SPCF, Ambrosio Velasco Gómez, las teorías evolucionistas demuestran que la división tajante entre los ámbitos humano y natural es ya insostenible. Esa separación donde el ser humano se pone en el centro de la Tierra y del universo le ha costado demasiado al planeta; el deterioro ambiental es parte de ella.

 

Al encuentro -que permanecerá hasta el 17 de octubre e inició en la FC y posteriormente continuará en la FFyL- asistió Ricardo Noguera Solano, secretario técnico del SUE, quien moderó la sesión inaugural en el auditorio Alberto Barajas Celis, la Facultad de Ciencias.

 

FUENTE: UNAM

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