Ciudad de México, 6 agosto de 2024.- La segunda entrega de reconocimientos del Inbal se realizó en la Sala Manuel M. Ponce del palacio de Bellas Artes.
Entregaron Medallas Bellas Artes en el campo de Artes Visuales a los artistas Lourdes Almeida y Guillermo Ceniceros ganadores de la edición 2023, y a Yolanda Andrade, Magali Lara, Jan Hendrix y Carlos Aguirre en lo correspondiente al año 2024.
En el recinto se congregaron artistas, amigos y familiares para sumarse con su aplauso y presencia a uno de los más importantes reconocimientos que entrega el Inbal a resaltar la trayectoria de una generación de artistas que han aportado con su obra al arte contemporánea nacional e internacional.
La directora general del Inbal, Lucina Jiménez López, afirmó que la Medalla Bellas Artes se entrega a quienes trazan por sí mismos una ruta poderosa, incitante, muchas veces inverosímil, pero al mismo tiempo que se nutre de quienes les han antecedido en un ejemplo de gratitud a quienes han sido sus maestras, sus maestros, y también a quienes conviven y construyen esos ambientes de colaboración o de discrepancia.
El Inbal, dijo su titular, se congratula por ser la responsable de otorgar las Medallas Bellas Artes a quienes han estado siempre en la posibilidad de construir trayectorias propias que se desbordan a sí mismas, para contagiar y para crear otros derroteros para el arte mexicano, para traer mundos a México y para hacer que México esté presente en el mundo. Eso es parte de lo que les debemos este día a Lourdes Almeida, a Guillermo Ceniceros, a Yolanda Andrade, a Magali Lara, a Jan Hendrix y a Carlos Aguirre.
Consideró: “Si hoy se habla de que el futuro ha de tener un diseño vegetal, pues eso es algo que ya Hendrix prefiguró desde hace mucho tiempo trabajando precisamente desde esas venas que construyen rutas inspiradas, porque al mismo tiempo significan la posibilidad de reconocer en la naturaleza ese poder que hoy en día nos resulta absolutamente indispensable frente a un escenario a veces catastrófico a nivel mundial”.
Al agradecer sus aportaciones a las artes visuales a la fotógrafa Yolanda Andrade, la titular del Instituto refirió que la artista de la lente fue capaz de colocarnos ante la realidad de lo cotidiano de una manera estética y reivindicar los movimientos urbanos, el surgimiento de los feminismos, las disidencias, aquellas subjetividades que exigen sus derechos y nosotros hemos de acompañar el cumplimiento de esos derechos.
Para la directora general del Inbal, Magali Lara –afirmó– ha sido capaz de sorprendernos con una exploración del universo femenino y feminista al mismo tiempo, pero con un rigor artístico comprometido y trenzando manos, corazones, lazos con otras mujeres en una experiencia artística muy singular, sutil, absolutamente de ella, pero siempre en un lazo solidario con muchas otras mujeres de generaciones paralelas de quienes vienen adelante. Por ello, dijo, muchísimas gracias.
Qué decir –agregó– de los ángeles femeninos con los que nos sorprende, sin lugar a dudas, nuestra querida fotógrafa Lourdes Almeida, haciendo todo este tránsito entre lo artístico, lo manual, aquello que cobra vida por la memoria, por la construcción de objetos que tienen sentido en la biografía de las personas y que tarde o temprano nos colocan frente a ese universo de afectos que, sin lugar a dudas, están presentes y que, además, trazan trayectorias inmensas desde el ojo fotográfico, cinematográfico, en una realidad que está llena también de afectos.
Reconoció que en el análisis de quiénes deberían obtener la Medalla Bellas Artes, “nos sorprendió que no se la hubieran entregado antes al maestro Carlos Aguirre, porque es una presencia que ha sabido mantenerse a lo largo de la historia del arte, construyendo su propio discurso sin límites, sin fronteras, pero sin perder esa capacidad de decirnos y de ponernos frente a un espejo como sociedad víctima de un capitalismo salvaje que es capaz de comerciar hasta con el alma o con la vida, con los cuerpos y con todo aquello que significa la vida, y eso, decirlo de una manera artística, es sorprendente”.
Finalmente, reconoció la labor desarrollada por el jurado en ese diálogo “y quiero subrayarlo, profundamente respetuoso y conocedor, que significan la mirada de Miriam Kaiser, Arnaldo Coen y de Mónica Mayer, integrantes del jurado en Artes visuales, porque esta edición de las medallas tiene esta multiplicidad de presencias: “Fue un diálogo de reconocimientos que era incomprensible que no se hubieran entregado antes. Y ese es el caso del maestro Ceniceros, alguien que, además, no solo ha sido protagonista de los muralismos de muchos tiempos, sino también de la creación de un trabajo como el de él, con una profunda mirada de contemporaneidad”.
En la ceremonia, conducida por el subdirector general de Bellas Artes del Inbal, Héctor Romero Lecanda, se dieron cita también distinguidas personalidades para hablar de la vida y obra de los artistas homenajeados.
El fotógrafo Juan Carlos Valdés se refirió a Lourdes Almeida, de quien resaltó “el brillo que ha logrado al paso del tiempo”, siempre dispuesta a compartir su arte y sus conocimientos con las nuevas generaciones de artistas, con una gran calidad humana. Lourdes Almeida expresó por su parte su agradecimiento por la medalla a las autoridades del Inbal y a sus compañeros de generación y a quienes le antecedieron.
Ante la imposibilidad de hablar del maestro Guillermo Ceniceros por problemas de garganta, el escritor José Ángel Leyva dijo que es “un artista plástico siempre fiel a sus necesidades creativas” y que su obra entera hace alusión precisamente a una “geografía del espíritu”, donde su casa es su taller y su taller es su propia casa.
Yolanda Andrade por su parte agradeció a los jurados y a las instituciones culturales el haberla tomado en cuenta y honrarla con la Medalla Bellas Artes. De ella, la especialista Adriana Castillo destacó el constante afán de la artista “por ampliar sus horizontes de manera sencilla y persistente, buscando construir una mirada que le dé aspectos de realidad imposibles de ser percibidos y sin despojarse de prejuicios y limites convencionales”.
En su momento, Magali Lara agradeció a su equipo por su colaboración para realizar tanto su trabajo como su vida, y agradeció asimismo a sus compañeros de generación que han sido también parte de su trayectoria, sobre todo en la amistad y solidaridad. La crítica de arte Pilar García dijo que Magali Lara “es una artista central en la historia del arte contemporáneo mexicano” y otorgarle la Medalla Bellas Artes “es poner en valor la crítica feminista que, sin duda, ayuda a la urgente tarea de visibilizar y construir una historia del arte de las mujeres”.
En su momento, el pintor Jan Hendrix reconoció al recibir la Medalla Bellas Artes: “Sí, sí emociona: estoy emocionado”. Agradeció a sus amigos mexicanos “que poco a poco fueron frustrando mi regreso a mi país –Holanda–, a fuerza de tacos en el mercado de Mixcoac, y construir un trabajo dentro de una profesión, la plástica, tan noble y exigente. Por ello agradezco esta Medalla”.
Patricia Sloane dijo ser gran amiga de Hendrix, y recordó lo que él dijo alguna vez: “Me considero parte de la generación más generosa, quizá no soy artista, pero sí soy muy generoso”. Y mencionó que llegó en 1976 a México, a los 30 años de edad, para adquirir su mexicanidad a pasos seguros y agigantados.
Finalmente, Carlos Aguirre comentó que no esperaba recibir la Medalla Bellas Artes: “Nunca lo imagine. Por eso hoy estoy conmovido”, dijo entre sollozos. Solo parafraseó a Pedro Vargas: muy agradecido….
Felipe Leal expresó que hablar de Carlos Aguirre “es un gran riesgo, por todo lo que él implica, porque todo lo que emprende es involucrarse en algo en donde se corren riesgos, debido a las apuestas a la que siempre opta y a los temas que ha elegido a lo largo de 40 años, especialmente dedicados a los riesgos y situaciones ambientales, políticas y sociales que ha sufrido nuestro país”.