Por Héctor Guerrero

 

Las elecciones de 2024 en México han dejado una marca significativa en el panorama político del país. La victoria de Claudia Sheinbaum, candidata de Morena, con 36 millones de votos, ha consolidado al partido en el poder, dándole una mayoría calificada en el Congreso. Sin embargo, es crucial analizar estos resultados en un contexto más amplio para comprender mejor sus implicaciones.

 

Aunque 36 millones de votos representan una cifra impresionante, es esencial recordar que México tiene una población de aproximadamente 130 millones de personas. Esto significa que solo alrededor del 35% de la población total apoyó al oficialismo, lo que equivale al 60% de los votos emitidos. Esta cifra sugiere que un segmento significativo de la población, aproximadamente 4 de cada 10 mexicanos, no está satisfecho con la dirección actual del país.

 

Dado este panorama, la oposición debe redoblar esfuerzos para equilibrar las fuerzas políticas en el país. En lugar de centrarse en denuncias de fraude sin fundamentos sólidos, es imperativo que trabajen en fortalecer su estrategia y presencia en el escenario político. López Obrador ha criticado duramente a aquellos que denuncian fraude y descalifican al Instituto Nacional Electoral (INE), resaltando la ironía de que los mismos defensores del INE ahora lo atacan.

 

Una de las principales preocupaciones en este contexto es el fenómeno de la sobrerrepresentación. La Constitución Mexicana, en su Artículo 54, establece límites claros para evitar que un partido tenga una representación desproporcionada en la Cámara de Diputados. Según este artículo, ningún partido puede tener más del 8% de diputados sobre su porcentaje de votos obtenidos en las elecciones.

 

La alianza de Morena, PT y el PVEM, puede obtener 372 escaños en la Cámara de Diputados (el 74.4 por ciento de los lugares), aunque su porcentaje de votos sólo sea de 54.19, lo que significa una sobrerrepresentación del 20.2 por ciento.

 

En cambio, la alianza opositora tuvo el 31% de los votos y va a tener el 22% de los diputados.

 

Otra forma de explicar esto más claramente es que El PAN tuvo el doble de votos que el Partido Verde pero va a tener los mismos diputados y el PRI tuvo más votos que el Verde pero va a tener la mitad de los diputados.

 

Recordemos que en la elección del 2018, la alianza de Morena, PT y PES obtuvieron el 45.9 por ciento de la votación y recibieron el 61.9 por ciento de las diputaciones federales; por el contrario, el resto de partidos obtuvo 54.1 por ciento de los votos y alcanzó 38.4 por ciento de los curules.

 

Las reformas electorales recientes, conocidas como el «Plan B» de López Obrador, han sido altamente controvertidas y han generado numerosas impugnaciones legales. Estas reformas afectan la estructura y operación del INE y han sido acusadas de violar la Constitución (Agenda Estado de Derecho) (Elecciones 2024). La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) es la encargada de resolver estas controversias constitucionales, lo que podría tener implicaciones significativas para la gobernabilidad y la democracia en México.

 

Recordemos que las reformas electorales introducidas por el «Plan B» incluyen cambios sustanciales que afectan la autonomía del INE y la estructura profesional de la autoridad electoral. Estas modificaciones han sido vistas por muchos como un intento del gobierno para consolidar su control sobre el proceso electoral, lo que ha suscitado preocupaciones sobre la imparcialidad y la integridad de las elecciones futuras.

 

En las elecciones de 2024, Morena no solo logró la presidencia con un amplio margen, sino que también consolidó su mayoría en el Congreso. Esto le permite avanzar con sus reformas y consolidar su control sobre el aparato estatal. Sin embargo, este dominio ha generado inquietudes sobre una posible concentración de poder y la erosión de los principios democráticos de representación.

 

El tema de la sobrerrepresentación es crucial para el futuro de la democracia en México. La implementación de reformas que favorezcan a un solo partido puede debilitar las instituciones democráticas y erosionar la confianza pública en el proceso electoral. La oposición tiene la responsabilidad de construir una estrategia sólida para contrarrestar la hegemonía de Morena y garantizar un proceso electoral más equitativo y representativo .

 

Las elecciones de 2024 y las reformas electorales en curso han resaltado la importancia de abordar la sobrerrepresentación y garantizar la equidad en el sistema electoral de México.

 

La discusión sobre cómo equilibrar la representación justa y el poder partidista en el Congreso continuará siendo un tema central en la política mexicana, con implicaciones significativas para la gobernabilidad y la estabilidad democrática del país.

 

Aquí se va a ver si los que se ostentan como demócratas, de verdad lo son o son un abola de vulgares ambiciosos.

 

Yo ya tengo la respuesta.

 

Tiempo al tiempo.

 

@hecguerrero

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