Ciudad de México 23 junio 2024.- La selección de futbol mayor sufrió para ganar por la mínima en su debut en la Copa América. En el estadio NRG de Houston tuvieron que correr, correr y correr para llevarse la victoria ante un rival que los exigió físicamente, defendió en dos bloques muy cerrados que hizo difícil el acceso al último tercio jamaicano.

El once inicial de Jaime Lozano nos deja ver su preocupación por no tener en su mejor momento a los seleccionados, con tan solo 18 entrenamientos después del juego contra Brasil. Su formación fue de 4 defensas, y con cinco volantes, con un delantero.

Los comentaristas dijeron que era un 4-3-3, pero las labores defensivas de Antuna y Quiñones correteando por su banda hablan de su preocupación, funciones que no son de un extremo. En lugar de diseñar el partido para encontrar los espacios para sus virtudes, los puso a defender, y cuando México tenía posesión no alcanzaban a tener profundidad.

Por su parte, Santiago Giménez, solitario al frente, al que difícilmente llegan balones a modo, tiene que hacer labores defensivas y pocos movimientos de distracción para encontrar espacios ya que sus acompañantes por las bandas quedan muy lejos para aprovecharlos.

Lozano, va a la segura.

El tri tuvo mayor posesión de balón, pero no una estrategia definida al ataque, cómo y por dónde atacar. Es decir, el equipo mexicano carece de intención ofensiva.

México tienen buenos jugadores que tienen la gran virtud de ser obedientes tácticamente y son generosos en el esfuerzo, no sabemos si eso le alcance.

Para los próximos partidos será nuevas incógnitas a resolver, pero solo con esfuerzo y dependiendo de individualidades es muy difícil estar en los primeros lugares.

Aplausos a los jugadores, es una lastima la lesión muscular de Edson Álvarez. Su baja es un riesgo del calendario de competencia, los futbolistas tienen que cumplir en sus respectivas selecciones, cuando llegan de culminar su torneo.

Sin trabajo previo de preparación, para un compromiso de esta envergadura, son riegos altos que los atletas tiene que enfrentar. Los directivos siguen pensando que los futbolistas profesionales son máquinas de jugar futbol.

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