Pedro Peñaloza

“Ojo por ojo, la esencia de todas las venganzas”.

John Katzenbach

Como si algo faltara en un contexto de violencia expansiva en el país, con cerca de 200 mil homicidios dolosos, alrededor de 50 mil desaparecidos y 10 feminicidios diarios, es asesinado el Coordinador General de la Unidad de Estrategia, Táctica y Operaciones Especiales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX, Milton Morales Figueroa.

La víctima era un personaje central en el equipo de inteligencia de la policía capitalina, ya que había participado en investigaciones sensibles, tal es el caso del atentado contra Ciro Gómez Leyva, el ataque del Cártel Jalisco a Omar García Harfuch y la lucha contra la Unión Tepito, entre otros de amplia difusión.

Según información de la organización Causa Común, han sido ultimados en el país 2381 policías, de diciembre de 2018 al 28 de abril de 2024, un promedio de 1.2 diariamente. Los atentados fueron en distintas circunstancias, incluidas confrontaciones directas o en días de descanso. Gran parte de ellos quedaron en la impunidad.

El atentado a Morales Figueroa es un doble golpe, por un lado, a la policía capitalina y al próximo Secretario de Seguridad de Claudia Sheinbaum. Es evidente que el ataque fue una acción perfectamente concertada y vengativa por el papel que jugó en alguno de los casos que llevó. Pero, también puede ser un mensaje para el gobierno y el inicio de un nuevo pacto con diferentes grupos de la delincuencia organizada que ven amenazado su negocio con la posible entrada de otros actores a partir de octubre.

Lo extraño fue la ausencia de protección personal a un policía de este perfil, quien había tocado tantos intereses de la delincuencia. ¿Lo podrá explicar Pablo Vázquez, responsable de la Secretaría de Seguridad en la ciudad? ¿Un descuido? Asimismo, la falta de información e inteligencia por parte de las autoridades al saberse que los sicarios conocían el entorno y los movimientos de Milton Morales. ¿Ignoraban el seguimiento a un funcionario de ese nivel en la corporación?

Estamos en presencia de un crimen que busca tener diversos efectos en los circuitos de poder: el principal es la dedicatoria para Brugada y el nuevo gabinete de seguridad federal para empezar a negociar; la segunda, la capacidad de la delincuencia organizada para atacar a miembros clave del gobierno.

Este homicidio es una señal inequívoca de que los grupos de la criminalidad siguen activos, fuertes y saben mucho de sus persecutores. El promovido éxito en campaña de la seguridad en la CDMX fue un espejismo. Los vigilados son vigilantes, como siempre ha sido. El mensaje es claro.

@pedro_penaloz

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