Por Edgar Hernández*

No hay duda, que el combate al crimen organizado habrá de ser el mayor reto de Rocío Nahle.

No bien arranca el nuevo gobierno y ya persiste el serio temor de una pertinaz invasión criminal a las áreas estratégicas de seguridad pública.

Son hordas delincuenciales ligadas a los Carteles.

Mandos medios y de decisión de la administración policial los que presuntamente están siendo ocupados por gente que despierta sospechas; son los que hasta hace poco se combatían y ahora están incrustados en el mismo aparato.

De ser cierto se debe actuar y no tanto por el bien del nuevo gobierno, sino por el hartazgo ciudadano que desde principios de siglo arrastra problemas de delincuencia y zozobra.

Las cifras hablan por sí mismas.

La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2024, apunta que el 79.3 por ciento de los veracruzanos se sienten inseguros.

Esto es, ocho de cada 10 personas que viven en Veracruz no sienten que la entidad sea un lugar seguro.

Y como no sería así.

La mezcla SSP/Crimen organizado ha traído fatales consecuencias.

Y es que sean siete o 14 los cárteles que tienen el dominio de la tercera parte del territorio veracruzano no dejan de ser alarmantes por el crecimiento y dominio de las más importantes actividades productivas del país.

Veracruz ligado al huachicol, secuestros, cobro de piso y dueño de alcaldías trae serios problemas de confrontación con los cárteles por el control de las plazas.

Son asuntos graves.

Ya referíamos el macabro hallazgo de 8 cadáveres mutilados en Hueyapan de Ocampo a unas horas de la asunción de Nahle en presencia de la presidenta Sheinbaum.

En igual sentido está la lucha encarnizada que libran los cárteles en el norte, centro y sur de la entidad.

Ya desde septiembre de 2016 quedaron al descubierto las ligas con el crimen organizado en los mandos medios de la SSP mismas que jamás fueron investigadas ni de forma interna en la dicha secretaría de Seguridad Pública, ni por la fiscalía General del Estado, según admitió en aquella época el secretario del ramo, José Nabor Nava Olguín.

De hecho, defendió a sus elementos policíacos.

«Hasta el momento la totalidad de los mandos estamos acreditados por el Centro Nacional de Certificación; en el caso de los mandos como secretario, subsecretarios, directores, subdirectores y mandos de delegaciones por el Centro Estatal de Evaluación, todos contamos con pruebas de confiabilidad».

Se escondía la corrupción y vínculos delincuenciales que tienen su origen en la era de Fidel Herrera quien abrió la puerta a los Zetas.

Al paso de los años se daría la bienvenida a la Familia Michoacana, a los del Noreste, el de Sinaloa, el Grupo Sombra y el Nuevo Veracruz, ligada al CJNG.

Con ello las consecuentes matanzas y repetidas masacres en cantinas, bares, en calles y a cielo abierto sin importar masacrar a mujeres, niños y ancianos.

Todo en el sexenio que acaba de concluir.

Hoy, nuevas intenciones por desterrar alianzas criminales e intentar sanear asoman.

Con la coordinación del super-secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, se designó a Alfonso Reyes Garcés como titular de la SSP.

Ello abre una luz de esperanza, se da un refresco a esta área tan sensible.

Fueron asimismo nombrados el capitán Gustavo Romero Cuevas, como nuevo Subsecretario de Operaciones a Rafael Martínez Cisneros, como Subsecretario de Logística y Romero Balderas Mora, como director Jurídico.

A IPAX llega un nuevo Comisionado, también de la Marina.

Es todo un ramillete que presume el saneamiento, sin embargo, el narcocrimen no cejará en su afán por incrustarse.

El tiempo lo dirá ya que es mucho el dinero y poder en juego.

Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo

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