Marcos Vizcarra
Agencia Reforma
Culiacán, Sinaloa 11 agosto 2024.- José Rosario Heras López era comandante de la Policía de Investigación de la Fiscalía General de Sinaloa, pero también era el encargado de la seguridad de Ismael «el Mayo» Zambada García. Ahora está desaparecido.
«Se encuentra como policía en activo, asignado en esa zona (El Salado)», aceptó Jorge Contreras, Comisario de la Policía de Investigación, en entrevista para REFORMA.
El comandante Heras está asignado a la sindicatura de El Salado desde hace más de una década. Ese territorio es en donde el «Mayo» fundó su fortaleza y se escondió por más de 50 años.
El 25 de julio Zambada García fue detenido en EU. A través de la embajada de ese país en México se conoce que fue una detención contra su voluntad, pero su abogado ha dado otras pistas: fue secuestrado por los hijos de su ex socio Joaquín el «Chapo» Guzmán para entregarlo a la justicia estadounidense y sus escoltas fueron asesinados.
Entre esos escoltas, informó el mismo Zambada García en una carta que compartió el abogado Frank Pérez, está José Rosario Heras López.
«Me acompañaban cuatro miembros del personal de seguridad, de los cuales dos se quedaron fuera del perímetro. Los dos que entraron conmigo eran José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial del Estado de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, miembro de mi equipo de seguridad desde hacía mucho tiempo», se lee en la carta.
Heras López fue designado como coordinador de ejecución de órdenes de aprehensión de Policía Ministerial del Estado por Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, un policía que fue dos veces director de la Policía Ministerial de Sinaloa.
La primera vez fue entre 1999 y 2004, en el sexenio del priista Juan S. Millán Lizárraga, pero en el último año se descubrió que comandantes a cargo de Aguilar Íñiguez daban protección a grupos criminales, entre ellos Rodolfo Carrillo Fuentes, asesinado en una plaza comercial cerca del centro de Culiacán.
Con Carrillo Fuentes resultó herido Pedro Pérez López, uno de los comandantes de Aguilar Íñiguez. El policía era escolta del narcotraficante.
El director de la Policía Ministerial renunció a su cargo para ponerse a disposición de la Procuraduría General de la República (PGR), incluso en 2010 se ofreció hasta 5 millones de pesos en recompensa a quien diera información de su paradero.