Tania Casillas                                   

Agencia Reforma

Guadalajara, Jalisco 28 diciembre 2024.- Las fotos que «María» sube a sus estados de WhatsApp cambiaron en mayo de este año.

Ahora son de sus paseos a centros comerciales, dentro de tiendas o en calles de Estados Unidos; lo que contrasta con las imágenes que compartía cuando vivía en Zapopan.

Para cumplir su sueño de irse «al otro lado», ella pagó a delincuentes no sólo para pasar la frontera, sino para aprender qué decir a las autoridades estadounidenses y pedir asilo alegando que corría peligro si se quedaba en México.

Por la «asesoría», relató bajo condición de anonimato, le cobraron mil dólares, aproximadamente 20 mil pesos; además, pagó una cantidad no revelada por pasar la frontera.

Una vez en territorio estadounidense, «María» dijo a los guardias fronterizos que había sido amenazada por los mismos delincuentes que la llevaron hasta ahí.

Estadísticas del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (DHS) revelan que, en 2023, 19 mil 320 mexicanos llegaron como ilegales a ese país y pidieron asilo por cuestiones de seguridad.

La cifra aumentó en comparación con 2022, cuando fueron 11 mil 910; en 2021 se registraron 10 mil 560.

Otra forma de pedir asilo es teniendo una visa.

Fuentes policiales indicaron que, entre 2022 y 2023, ganaderos de la región Altos Norte solicitaron esta ayuda debido a que sufrían «cobro piso» y esto fue confirmado en febrero de este año por el Cardenal de la Arquidiócesis de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega, cuando dijo que hasta para la venta de una vaca interviene el crimen organizado.

«Cualquier persona que esté buscando un proceso de asilo en Estados Unidos y ese reconocimiento del estatus de refugiado y su protección, requiere, en un escenario práctico, asesoría sobre los procesos administrativos en Estados Unidos, hay diferentes organizaciones internacionales que tienen agencias», indicó el abogado y profesor de Derecho Internacional en el ITESO, Juan Alberto Salinas Macías.

Agregó que la política migratoria de Estados Unidos es estable al menos desde 2009, por lo que no vería un cambio con la segunda Administración de Donald Trump, a partir del 20 de enero.

«La política de control, eso sí va a cambiar, en el registro y admisión de personas que buscan asilo sí tiene muchas más restricciones (…) hablando del tope, es decir, el número máximo que podrían llegar a admitir año con año».

En el caso de «María», las personas que le ayudaron a cruzar le dijeron que debía cambiar de Estado para evadir la cita con el juez y dejar de lado la solicitud de asilo.

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