La semana pasada se dio a conocer que Arabia Saudí ocupará la presidencia de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, lo cual generó que Defensores de los derechos de las mujeres criticaran la decisión de las Naciones Unidas (ONU) de nombrar a este lugar como presidente de un foro sobre igualdad de género, pues la represión, violencia y discriminación hacia las mujeres y a las activistas por los derechos de las mujeres es altamente preocupante.
Se sabe que las reformas más recientes de Arabia Saudí carecen de valores hacia las mujeres saudíes, porque pueden ser arrestadas por no comportarse o vestirse de la manera prescrita, así como por desobedecer a sus “dueños”, o por expresar opiniones políticas, aunque lo hagan de manera pacífica.
Algunos activistas afirman que Arabia Saudí promovió junto con otros países como Rusia, Turquía, Indonesia, Bielorrusia y Nigeria valores familiares conservadores, así como dejar fuera el lenguaje inclusivo y todo lo que tenga que ver con la comunidad LGBTQI+ o con prevención de la violencia sexual y de género.
En el año 2022 se hizo la ley de Estatuto Personal de Arabia Saudí, la cual el país usa como “prueba” de su avance a la igualdad, sin embargo, esta ley determina que la mujer debe obtener el permiso de un tutor masculino para casarse, que la esposa debe obedecer a su marido de “manera razonable” o que el sustento económico de marido depende de la “obediencia” de la esposa. Ese sustento también puede retirarse si la mujer se niega a tener relaciones sexuales con el marido, a viajar con él o a vivir en el domicilio conyugal “sin una excusa legítima”.
Podemos seguir con más pruebas de que es una burla y una falta de respeto que este país sea sede para el foro de igualdad sobre el derecho de las mujeres, aparte de que la ONU no exige al país a cumplir los derechos humanos específicos de las mujeres. Sin embargo, Arabia Saudita dice que está ansiosa por ayudar a las mujeres trabajando con la CSW (Condición Jurídica y Social de la Mujer) como parte de su nueva visión, por lo que se espera que el país demuestre su compromiso con acciones y leyes concretas que ayuden a las mujeres.
El Gobierno de Arabia Saudí muchas veces destaca sus progresos en materia de derechos de la mujer. Sin embargo, hay un enorme abismo entre la realidad vivida por las mujeres y niñas de Arabia Saudita, por lo que el discurso sobre los derechos de la mujer que presume este gobierno y su presión para ser elegidos como sede, siguen siendo una maniobra publicitaria para atraer a inversores y turistas occidentales, así como limpiar la imagen del mismo país.
Un país en el que las mujeres aún encuentran dificultades para transitar libremente por espacios públicos, en el que tengan que vestir obligatoriamente una ‘abaya’ que les cubra todo el cuerpo, así como el hecho de que no pueden elegir pareja libremente, ni casarse sin el permiso de su padre o “tutor” Y en muchas ocasiones son obligadas a contraer matrimonio, más el hecho de no contar con la protección del gobierno cuando el hombre abuse y maltrate a la mujer.
Con todo lo expuesto anteriormente, Arabia no puede ser el rostro principal del foro de la ONU para la igualdad de género. La ONU debe de castigar y sancionar a los países que sigan evadiendo los derechos de las mujeres y las niñas, pues sus foros no harán cambiar la mentalidad de un gobierno con un pésimo historial sobre los derechos humanos.