Adolfo González                                  

Agencia Reforma

Monterrey, NL 31 mayo 2024.- Cuando Julián Quiñones llegó a Tigres en el 2014, con apenas 17 años, era un jugador ya de condiciones interesantes, pero al que había que ayudarle en su introducción al futbol profesional.

 

 Quiñones llegó a los felinos gracias un convenio que se tenía con el club colombiano Futbol Paz, de índole formativo.

 

 Es por eso que aquí, el entrenador que lo recibió, Ángel Martínez Cervera, le trabajó aspectos físico-técnicos y tácticos que le ayudarían a convertirse en el jugador elite en México, aunque, sobre todo, ya en Atlas y América.

 

 «Venía con características ofensivas, de centro delantero, de media punta y se le enseñó un poquito la técnica, se le pulió. Era muy capaz, muy aceptable con la pierna derecha y con la pierna izquierda se le empezó a trabajar un poquito», explica el ex jugador de Tigres de 1985 a 1995.

 

 «El cabeceo era aceptable, pero le faltaba, siento yo, dirigir un poquito más sus cabezazos, atacar la pelota, se le fue dando ahí un poquito de trabajo. Era muy receptivo».

 

 Martínez Cervera dijo que también le ayudaron a pulir su visión de campo.

 

 «Le faltaba botarse entre líneas, hacer dobles movimientos, generar espacios, como no caer en fuera de lugar para ir a la espalda, cuándo hacer uno contra uno ofensivo y cuándo hacer un dos contra uno ofensivo», añadió.

 

 «Cuándo saber pensar o elegir a la hora de pensar, tener un poquito más de criterio, más de lucidez, cuándo ir hacia adelante, cuándo atacar, cuándo apoyarse, todas esas cuestiones se le empezó a orientar».

 

@JCarvajalCANCHA

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