Alejandra Benítez                                

Agencia Reforma

 

Ciudad de México 13 junio 2024.- Pumas rompió una sequía de 13 años sin título el 13 de junio del 2004, antes de levantar la Copa, llevó a la afición del cuadro auriazul a vivir los minutos más tensos en la historia del equipo, cuando definió la serie ante Chivas desde el manchón penal.

 

 Hugo Sánchez, técnico que dirigió a los universitarios en ese torneo, reveló cómo elaboró la lista de los cinco tiradores que no fallaron, sabiendo que en las piernas llevaban las ilusiones de millones de fanáticos.

 

 Después de una ardua batalla que se prolongó hasta el tiempo extra, ambos clubes terminaron extenuados, el sol pegó a plomo en el Estadio Olímpico Universitario donde no cabía ni un alfiler.

 

 Hugo se despojó del saco, hizo un recorrido por cada uno de los rostros de sus jugadores, evocó los momentos en que se quedaban después de los entrenamientos a cobrar tiros penales y de media distancia a su lado, recibiendo consejos, educando la pierna.

 

 «Les iba mirando a los ojos y los iba anotando, viendo, analizando, me estaba percatando de que algunos estaban convencidos y otros no estaban preparados», explicó a CANCHA.

 

 «Como siempre me quedaba con ellos después de los entrenamientos, con los que querían o con los que yo les decía, a tirar faltas, penales, los conocía perfectamente».

 

 La afición no estaba lista para la palabra fracaso. A lo largo del torneo, Hugo se encargó de asegurar que el equipo rompería la sequía, que se tenía que creer en ellos.

 

 Terminaron la Fase Regular en el segundo lugar, con 41 puntos; con 12 encuentros ganados, 5 empatados y sólo dos perdidos.

 

 En la Liguilla eliminaron al Atlas (5-2 global) y al Cruz Azul (3-2 global), y por primera vez la efervescencia por ver una Final paralizó al país, fue una odisea conseguir boletos para el Estadio Olímpico Universitarios, decenas de aficionados e integrantes de las porras acamparon afuera de las instalaciones de la Cantera universitaria, la mayoría de las entradas fueron para la comunidad auriazul Hugo no esperaba que el título se definiera desde los once pasos, pero cuando llegó esa instancia su rostro estaba tranquilo, le dio la confianza a un plantel que creyó en todos sus preceptos.

 

De lado de Pumas ninguno falló desde el manchón penal, abrió Jaime Lozano quien era el mejor tirador del equipo, cuando anotó se levantó la playera y debajo portaba otra que decía «Hecho en CU», se llevó la mano al corazón y festejó con la afición. Siguió Joaquín del Olmo, después el capitán Beltrán, Francisco «Kikin» Fonseca y cerró Ailton de Silva quien paseó más tarde con su jersey que señalaba: «Gatitos ni Madres».

 

«No tuve dudas de que Jaime (lozano) tendría que abrir, era el mejor tirador, además de la sangre fría con la que los ejecutaba», explicó.

 

El tercer cobrador fue Joaquín Beltrán, el capitán del equipo, quien jamás había tirado un penal.

 

«Vi en sus ojos la seguridad y le di la confianza, sabía que lo haría bien», recordó Hugo, quien pidió al brasileño Aílton da Silva que cerrara la ronda de penales porque confiaba en que sabría aguantar la presión.

 

«Kikín fue el cuarto porque en los ojos vi esas ganas de ser campeón y Aílton cerraría bien porque estaba tranquilo, lo vi muy sereno», explicó.

 

 Por Chivas anotaron: Adolfo Bautista, Manuel Sol, Francisco Palencia y Omar Bravo. En el último tiro, la presión le ganó a Rafael Medina, quien voló su disparo.

 

 Hugo salió disparado al centro de la cancha para fundirse en un abrazo con sus jugadores, levantó la Copa, tal y como lo hizo en la temporada 80-81, cuando fue campeón como jugador y se despidió del equipo para irse a triunfar a España.

 

 Ese domingo 13 de junio de 2004, quedó sellado en la historia de Pumas y de su grupo de jugadores que pasaron a la inmortalidad.

 

 @ABenitezCANCHA

 

 

Instagram
WhatsApp